Volando por el cielo del Palau Sant Jordi ante la mirada atónita de miles de fans, así hace su entrada triunfal Katy Perry en su único concierto en España. Su show es definitivamente una de las mayores puestas en escena de los últimos tiempos. No podíamos esperar menos de esta gran estrella estadounidense que se ha convertido en un símbolo para la juventud.
Fueron dos horas de éxito tras éxito, que empezaron luego de la participación de la cantante Hailee Steinfeld, telonera del concierto. Su impactante voz no pasó desapercibida por los asistentes, quienes ovacionaron su actuación y seguramente estarán pendientes de su carrera. Pero la sorpresa llegó cuando del gran ojo multimedia que se encontraba en el medio del escenario, salió Katy suspendida por los aires en una especie de estrella gigante y ataviada con traje rojo, capucha y gafas de sol incluidas. ¡Su magia inundó todo el recinto!
La artista no dejaba nada al azar. Cada efecto sobre el escenario – y fuera de él – estaba calculado al 100% para hacer vibrar los corazones de Barcelona. Juego de luces, elementos con formas geométricas, dados, relojes, televisores, toda la gama de colores pantone, andamios atrevidos, escenografías interactivas, coreografías acrobáticas y muchos cambios de vestuario… todo esto para transportar al público a un mundo de fantasía del que no quisiese escapar.
Cada canción era un espectáculo en sí mismo. Por ejemplo en Hot N Cold, Katy vestía un top con una pantalla LED en donde estaba escrito el nombre de la canción y se hizo acompañar por dos flamencos gigantes que fueron los protagonistas de una coreografía muy divertida. En Wide Awake, Katy salió volando sentada sobre Saturno entre miles de diminutas estrellas iluminadas por los dispositivos móviles de los fans y rodeada de planetas colgados por todo el recinto. Luego de este recorrido interestelar, invitó a una niña a subir al escenario. ¡Vaya emoción la de esta pequeña! En Roar, vimos cómo una gran cabeza de tigre salía del inmenso ojo, mientras los bailarines y Katy cruzaban la pasarela hacia el centro del Palau, y muchos globos en forma de ojos caían del cielo. En Fireworks, la cantante se encontraba de pie sobre una gran mano al final de la pasarela, mientras el escenario principal se vestía con fuegos artificiales que dejaron boquiabiertos a todos. Por supuesto no podía faltar Swish Swish en un performance tipo NBA, que puso al público en pie para moverse al ritmo del baile de moda.
La noche no podía acabar de forma más espectacular que con una serie de fuegos artificiales que iluminaron todo el Palau; un cierre de lujo para un evento sin precedentes. Si te lo perdiste te dejamos imágenes del concierto, y en nuestro Facebook e Instagram encontrarás videos con los momentos más especiales de la noche. ¡Revive con nosotros este mágico concierto!